domingo, 19 de enero de 2014

Polaris H.P, Lovecraft


Sentado en el alféizar de la ventana norte de su estancia, el narrador pasa las noches observando a la Estrella Polar refulgir con luz extraordinaria. Cerca andan Casiopea, el Carro, Arturo y la Cabellera de Berenice. Pero es la Estrella Polar la que parpadea como un malsano ojo vigilante que pugna por transmitirle un mensaje extraño que ha olvidado. Sólo cuando está nublado puede dormir.
Una noche divisa una marmórea ciudad en la meseta de un collado entre dos picos. Sobre ella resplandece la Estrella Polar. Atisba luz y movimiento en sus calles. Es gente que habla una lengua que al narrador le resulta familiar. Despierta, pero el recuerdo permanece. Siente el ansia de caminar por sus calles, de hablar con sus habitantes.
Una noche se sorprende al verse con forma corpórea en la ciudad, llamada Olathoë, ubicada en la meseta de Sarkis, entre los picos Noton y Kadiphonek. Se encuentra en una gran plaza oyendo a su amigo Alos, quien habla a la concurrencia sobre los Inutos, demonios amarillos que están devastando los confines del reino de Lomar, por lo que Olathoë se halla amenazada.
Alos es el comandante del ejército de Sarkis. Exhorta a sus hombres a imitar a sus antepasados cuando al emigrar al sur de Zobna ante el avance de los hielos, apartaron valerosamente de su camino a los peludos y brazilargos caníbales Gnophekehs.
Alos no quiere que su amigo se aliste por tratarse de un ser enfermizo y débil. No obstante, al poseer el narrador los ojos más agudos de toda la ciudad, lo envía como centinela a la torre de Thapnen, donde deberá dar aviso si los Inutos aparecen por el pico Noton. Allá marcha el narrador, excitado por la misión que le ha sido encomendada. Pero, ya en la torre, ve resplandecer en lo alto la Estrella Polar, espiándolo como un demonio tentador, susurrándole malvados consejos, arrastrándole a una somnolencia traidora:
Duerme, vigía, hasta que las esferas
Veintiséis mil años
Hayan girado, y yo tornado
Al sitio donde ahora fulguro.
Otras estrellas en su momento se alzarán
En el eje de los cielos;
Astros que alivien y astros que bendigan
Con dulce olvido:
Tan sólo al final de mi giro
El pasado vendrá a tocar a tu puerta.
Finalmente, el sueño le vence. Y aún sueña. Implora a las criaturas de ensueño que le rodean que le despierten, pues no podrá dar la alarma si los Inutos aparecen. Pero éstas se mofan de él como demonios. Angustiado, siente que ha fallado y traicionado a los habitantes de Olathoë. Las criaturas le escarnecen diciéndole que todo es un sueño, que Lomar no es sino hielo y nieve habitados por «esquimales». Que la torre no es sino su casa, desde cuya ventana norte ve la Estrella Polar, maligna y monstruosa, titilando en la negra bóveda como un malsano ojo vigilante que pugna por comunicarle un mensaje extraño que ha olvidado.


Nyarlathotep H.P. Lovecraft



Este es uno de los pocos dioses de los mitos de Lovecraft que puede actuar libremente, pues la mayoría se encuentran dormidos, encerrados o limitados de alguna forma. Su conducta es extraña (incluso se podría decir más humana) si se compara con los demás seres. Es de los pocos que puede presentar algún servicio útil a sus sirvientes humanos, posee objetivos y suele manipular a los humanos para alcanzarlos. Incluso puede parecer humano y suele usar nuestro lenguaje, como ocurre en el cuento Nyarlathotep. Para él, también, es interesante causar locura y sufrimiento más que simple destrucción.
Es el emisario de los Otros Dioses y sirviente de Azathoth, todo lo que él pida será llevado a cabo al instante por Nyarlathotep.
Se sabe que es capaz de aparecer en mil avatares diferentes, y nunca se han podido listar todas sus formas.
Actualmente es parodiado por un anime japonés llamado Haiyore! Nyaruko-san, que hace referencia a muchos personajes de los Mitos de Cthulhu, en el que es representado en forma de una chica de cabellos plateados.

Memoria H.P. Lovecraft



Memoria esboza lo que llegaría a ser el lenguaje habitual de H.P. Lovecraft, nociones como reliquias de un pasado antiguo, cosas innombrables, y misteriosas sensaciones sobre criaturas hostiles al hombre, todas ellas encuentran aquí su expresión más rudimentaria, pero no por ello menos impactante.

Más allá del muro del sueño H.P. Lovecraft



Tras una cita de Shakespeare (“Entonces, el sueño se desplegó ante mí”), el narrador comienza reflexionando sobre los sueños, sobre su importancia y el oscuro mundo al que pertenecen, por más que algunos de ellos sean débiles reflejos de la vigilia
a pesar de Freud y su pueril simbolismo
Otros sueños, sin embargo, remiten a una esfera de existencia mental no menos importante que la vida física. Llega a creer que ésta es un fenómeno secundario y virtual en comparación con esa otra vida incorpórea.
Trabaja en una institución psiquiátrica, donde un día del invierno de 1900-1901 ingresa Joe Slater (o Slaader), un típico habitante de la zona de las montañas de Catskill, caracterizada por el extremo primitivismo de su población. Joe es un tipo peligroso, alto y fornido, de repelente aspecto, aunque de apariencia bovina. Vagabundo, cazador y trampero, daba miedo incluso a la chusma de sus paisanos, sobre todo cuando se ponía a hablar estando dormido, no tanto por cómo hablaba sino por lo que decía.
Una mañana despierta dando terribles y ultraterrenos aullidos. La gente se congrega frente a la pocilga que tiene por cabaña. Sale al exterior nevado y empieza a vociferar:
gran, gran cabaña con resplandores en techo y muros y suelos, y la sonora y extraña música de allá a lo lejos
Así como su deseo de encontrar y matar a cierto «ser que brilla, se estremece y ríe». Dos tipos fornidos intentan contenerlo. Fuera de sí, Joe noquea a uno y convierte en «pulpa irreconocible» al otro; huye, pero poco después es detenido. En una cárcel de Albany, delira ante los «alienistas» sobre
grandes edificios de luz, océanos de espacio, extrañas músicas y montañas sombrías y valles.
Y sobre un ser misterioso y brillante que se estremecía, reía y burlaba de él, al cual debía matar. Es enjuiciado por homicidio, absuelto por locura y recluido en el psiquiátrico donde trabaja el narrador. Éste se reconoce como «un incansable especulador sobre la vida onírica», por lo que se siente subyugado por el caso de Joe Slater.
En secreto, y utilizando un instrumento de transmisión y recepción fabricado por él mismo, intenta acceder a los sueños de Joe cuando éste sueña y habla al mismo tiempo sobre lo que sueña. El 21 de febrero de 1901, cuando todo indica que Joe está pronto a morir, el narrador vuelve a colocar en la cabeza del moribundo y en la suya propia los terminales de su “radio telepática”. Tras varias horas, cuando ha empezado a cabecear, empieza a oír una melodía lírica y extraña, y su mirada hechizada se abre a un formidable espectáculo: se desplaza flotando por una ciudad de espléndida magnificencia. Mantiene un coloquio en silencio y perfecta comunión de pensamientos con el aura resplandeciente de Joe, quien le dice:
Soy tu hermano de luz y he flotado contigo por valles resplandecientes. No me está permitido hablarle a tu ser terrestre despierto acerca de tu ser real, pero somos vagabundos de los amplios espacios y viajeros por multitud de eras. El año próximo quizás esté morando en el oscuro Egipto que tú llamas antiguo, o en el cruel imperio de Tsan-Chan que se alzará dentro de tres mil años. Tú y yo hemos ido a la deriva entre los mundos que danzan en torno al rojo Arturo y habitado los cuerpos de los filósofos insectoides que se arrastran altaneros sobre la cuarta luna de Júpiter.
Aún debe hallar y vencer al opresor que habita en Algol, la estrella del demonio.
Esta noche partiré como una Némesis, llevando justa y ardiente venganza cataclísmica.
Las ondas mentales cesan y el narrador advierte que Joe Slater está muerto.
Termina su relato reseñando el informe sobre la estrella Nova Persei 1901 del profesor de Astronomía Garrett P. Serviss:
«El día 22 de febrero de 1901, una nueva y maravillosa estrella fue descubierta por el doctor Anderson, de Edimburgo, no lejos de Algol. Ningún astro era antes visible en ese lugar. En veinticuatro horas, la desconocida había alcanzado brillo suficiente como para opacar Capella. En una semana o dos había aminorado visiblemente, y con el paso de unos pocos meses apenas era visible a simple vista».

Los sueños en la casa de la bruja H.P. Lovecraft


Walter Gilman es un estudiante de matemáticas de la Universidad de Miskatonic, empapado en conocimientos acerca de las diversas leyendas populares y mitos paganos de la ciudad de Arkham. Llevado por su curiosidad científica mezclada con el saber de los mitos urbanos, decide alquilar una habitación en la Casa de la Bruja, lugar en el que vivió Keziah Mason, una vieja hechicera que escapó de los tribunales de Salem en el año 1692 gracias a su habilidad para traspasar dimensiones mediante el trazado de complicadas líneas y curvas en las paredes.
Enormemente cautivado por la misteriosa habilidad de la bruja, Gilman decide profundizar sus investigaciones matemáticas en la habitación de Keziah, sin imaginar que será presa de los más terribles sueños mezclados con realidad, que lo llevarán, a la postre, un destino horrible e inimaginable.

Los otros dioses H.P. Lovecraft


Trata de un cuento que desarrolla plenamente la mitología de Lovecraft, con personajes como Atal (a quien conocemos de Los gatos de Ulthar), Barzai el Sabio y Sansu; incluso la montaña de Kadath, tan importante en el ciclo lovecraftiano, se revela aquí por primera vez.


los gatos de Ulthar H.P. Lovecraft


Un narrador anónimo, mientras mira a su propio gato, recuerda que en Ulthar existe una ley que prohíbe que un hombre mate a un gato y relata los sucesos que provocaron que se promulgara. La historia comienza con la presentación de una pareja de ancianos campesinos que vivían en Ulthar y que se divertían atrapando y asesinando a todos los gatos osaran penetrar en su propiedad. Los aldeanos temían tanto a la pareja que no se atrevían a protestar contra esta situación, sino que se limitaban a mantener a sus mascotas alejadas de la cabaña de los ancianos.
Un día llegó una caravana de extraños peregrinos al pueblo; con ellos venía Menes, un huérfano que había perdido a sus padres por la peste y que tenía por toda compañía un gatito negro. Una mañana, Menes no pudo encontrar a su mascota y la gente le contó acerca de la pareja y su costumbre. Después de meditar, elevó una plegaria en una lengua desconocida por los habitantes de Ulthar, que provocó cambios en las nubes. La caravana se fue esa misma noche y los aldeanos descubrieron que todos sus gatos habían desaparecido. La gente sospechó tanto de los viajeros como de los ancianos, pero un niño llamado Atal, el hijo del posadero, dijo haber visto a todos felinos rodeando la cabaña. A la mañana siguiente, todos los gatos habían vuelto a sus hogares, con señales de haberse alimentado hasta la saciedad. Una semana después se notó la ausencia de la pareja de campesinos. En su casa se encontraron dos esqueletos humanos, sin rastro de carne. Ante esto, las autoridades locales decidieron promulgar una ley prohibiendo la matanza de gatos en Ulthar.

Lo que trae la luna H.P. Lovecraft



Es un poema en prosa del escritor norteamericano H.P. Lovecraft, compuesto en 1922 y publicado póstumamente en la antología de 19423: Más allá del muro del sueño (Beyond the Walls of Sleep).

Lo innombrable H.P. Lovecraft



Dos amigos se reúnen en un cementerio para debatir sobre el horror. Uno de ellos comienza a relatar una extraña historia, cuyo protagonista es una abominable entidad, imperceptible mediante los sentidos ordinarios. Lo Innombrable es, claramente, nombrado por Lovecraft en la conclusión del relato, acaso uno de sus mejores cierres:

...estaba en todas partes... una gelatina... un limo..., sin embargo, tenía formas, mil formas espantosas, imposibles de recordar. Tenía ojos... uno de ellos manchado. Era el abismo, el maelstrom, la abominación final. Carter, ¡era lo innombrable!

Las ratas en las paredes H.P. Lovecraft


es un relato de terror del escritor norteamericano Howard Phillip Lovecraft, fue escrito 1923, y rechazado por la revista Argosy, considerándolo demasiado intenso para sus lectores sensibles, y finalmente publicado en 1924 en Weird Tales.

El mismo H.P. Lovecraft explicó cómo este relato le fue sugerido por un evento común: la rotura de un papel tapiz (the cracking of wallpaper late at night, and the chain of imaginings resulting from it, H.P. Lovecraft, cartas selectas).

Más allá de las inspiraciones prosaicas de Lovecraft (todas lo son, de algún modo), la base mítica del relato hay que buscarla en El Purgatorio de San Patricio, un sitio legendario del folklore de Irlanda, y sus dedicadas ratas. Otros sabios ociosos han encontrado los cimientos de este cuento de Lovecraft en la Mäuseturm, la Torre de las Ratas, ubicada en Alemania.

En resumen: Las ratas en las paredes es una de las mejores piezas narrativas de Lovecraft, mucho mejor que otros relatos excesivamente sobrevalorados. Los mitos de Cthulhu, adorados histéricamente, son una manifestación más pictórica que literaria, ciertamente meritoria, pero aquí se encuentra al Lovecraft que a mi me gusta leer, el narrador de cuentos fantásticos.
El mitógrafo pertenece a otra categoría.


La tumba H.P. Lovecraft



Sedibus ut saltem placidis in morte quiescam. (“En un lugar placentero, cuando muera, me sea dado descansar”).
Tras esta cita de Virgilio, el narrador arremete contra el prosaico materialismo que no duda en tachar de locuras a los destellos de clarividencia que traspasan el vulgar velo del empirismo chabacano.
Jervas Dudley, un soñador y visionario, adinerado, negado para los estudios e inepto en el trato social, reside ahora en un manicomio. Es aquí donde, ciñéndose a los sucesos sin entrar a analizar las causas, cuenta su historia.
A la edad de diez años, encuentra en una hondonada boscosa cercana a su casa, en donde ha conocido a las dríadas tutelares de los árboles, atisbando sus salvajes danzas con los fieros rayos de la luna menguante, la tumba de los Hydes.
Esta cripta de la que hablo es de viejo granito, carcomido y descolorido por brumas y humedades durante generaciones. Excavado en la ladera, tan sólo la entrada de la estructura resulta visible. La puerta, un bloque pesado e imponente de piedra, cuelga sobre oxidados goznes de hierro, y se encuentra entornada de forma extraña y siniestra, mediante pesadas cadenas y candados, siguiendo una rústica costumbre de hace medio siglo.
La mansión de los Hydes, que coronaba la cuesta donde se halla la tumba, sucumbió por el fuego originado por un rayo. Azuzado por voces procedentes del interior de la cripta, decide penetrar hasta las oscuras profundidades que parecen reclamarle. Pero las cadenas se lo impiden.
Leyendo a Plutarco, conoce la historia de Teseo, que siendo niño no pudo mover la gran roca bajo la cual habría de encontrar las señales de su destino. Tuvo que hacerse adulto para tener las suficientes fuerzas para moverla. Como Teseo, Jervas decide esperar él también.
Mientras tanto, descubre que sus propios antepasados maternos mantenían un ligero parentesco con los Hydes. Esto estimula sus deseos de entrar en la cripta.
Un día, ya adulto, estando frente a ésta, cree ver una luz por el resquicio de la puerta entornada. Sin vacilar, va a su casa y en un viejo arcón del ático, encuentra la llave que le permitirá abrir la puerta de la cripta. Ya en su tenebroso interior, entre los ataúdes, encuentra uno vacío.
Un extraño impulso me llevó a encaramarme a la amplia losa, apagar la vela y yacer dentro de la caja desocupada.
Acude cada noche a la tumba. Sus modales, antes retraídos, se van volviendo inesperadamente mundanos. Sus padres, alarmados, hacen que un sirviente le espíe para saber qué es lo que hace. Al salir en una ocasión de la cripta, Jervas descubre al espía escondido entre la maleza. Entonces es él quien espía lo que éste le cuenta a su padre. Sorprendido, escucha al sirviente contar que ha pasado toda la noche, no en el interior de la cripta, sino fuera, frente a ella.
Poco después, Jervas se sorprende al contemplar la derruida mansión de los Hydes en todo su esplendor. Éstos dan una fiesta. Él acude también. Pero entonces un rayo prende fuego a la casa. Todos huyen, menos él, que queda inmovilizado por el terror. Teme entonces que si queda reducido a cenizas, sus restos no yacerán en un ataúd dentro de la cripta, como es su anhelo.
Enloquecido, es encontrado por su padre y un sirviente en un sótano de la mansión derruida, donde también es encontrado un viejo retrato de un joven que es la viva imagen de Jervas.
En el manicomio, recibe la visita de su padre, que le dice que, examinada la puerta de la cripta, ésta nunca ha sido abierta en los últimos cincuenta años. Que muchas personas le han visto durmiendo frente a ella. Tan sólo Hiram, un viejo criado, le cree. Éste ha logrado forzar el cerrojo y ha entrado en la cripta.
En una losa, en el interior de un nicho, descubrió un ataúd viejo, pero vacío, en cuya deslustrada placa reza esta simple palabra: «Jervas». En ese ataúd y en esa cripta me ha prometido que seré sepultado.

La transición de Juan Romero


Según se dice, La transición de Juan Romero es un relato que Lovecraft prefirió no publicar en vida; y del que sólo tuvo conocimiento su amigo Robert H. Barlow. Sea esto verdad o no, es evidente que el cuento pertenece a una fase temprana del desarrollo narrativo de Lovecraft, aunque de hecho prefigure mucho de lo vendrá con el tiempo. Tal vez el cuento no sólo explore la transición de un desgraciado minero llamado Juan Romero, sino la de su propio demiurgo.


La sombra sobre Innsmouth H.P. Lovecraft



En el primero de los cinco capítulos el narrador describe cómo el Gobierno estadounidense tomó el pueblo de Innsmouth a raíz la denuncia de los hechos que él presenció allí. Narra cómo descubrió la existencia del pueblo mientras buscaba la manera más económica de llegar a Arkham, cómo comenzó a interesarse en él por razones culturales y cómo, recabando información sobre el pueblo y sus habitantes, tropezó con el recelo hacia ambos, marcado con ciertos matices supersticiosos e incluso racistas. Aun así decide viajar a Innsmouth.
El segundo capítulo se centra en la descripción del pueblo, desde el autobús en el que viaja, como un lugar semiderruido y sucio, de calles desiertas y cuyos habitantes muestran un aspecto inusual llamado "aspecto de Innsmouth". En una tienda del pueblo encuentra trabajando a un joven foráneo del que obtiene algo de información sobre el lugar, además de un mapa del mismo. Este joven le sugiere que hable con el viejo Zadok Allen, borrachín ocioso que haraganea por el pueblo, si quiere conocer más de la historia de Innsmouth.
El tercer capítulo narra la conversación del protagonista-narrador con Zadok Allen. El anciano Zadok relata una alucinante historia del pueblo, centrando la atención sobre unos seres mitad humanos mitad peces, llamados Profundos, que habitan en el cercano Arrecife del Diablo y visitan el pueblo conforme a un pacto: éstos traen prosperidad al pueblo en forma de pesca abundante y piezas de oro pero, a cambio, han de recibir ciertos sacrificios y debe permitírseles procrear con los habitantes humanos, dando lugar a una descendencia de progresivamente deformes seres híbridos capaces de vivir eternamente. Inicialmente, los Profundos fueron descubiertos por un grupo de polinesios, habitantes de una isla del Pacífico: estos comerciaban con Obed Marsh, marino mercante natural de Innsmouth que, una vez conocedor de la riqueza adquirida por los polinesios mediante la adoración a los Profundos, trasladó el culto a Innsmouth aprovechando una época de crisis en este pueblo. Zadok cuenta también los trágicos sucesos que siguen a la aparición de este culto y que dan lugar a su imposición total, dejando al protagonista inquieto por la narración, que cree un simple cuento.
El cuarto capítulo transcurre durante la noche, que el protagonista se ve forzado a pasar en el pueblo porque el autobús en el que llegó tiene problemas supuestamente, debiendo quedarse en el único hotel. Ya en la habitación intenta dormir sin éxito debido a su estado de alerta. Pasado un rato empieza a escuchar inquietantes movimientos y voces procedentes del pasillo y los cuartos contiguos. Sintiendo el inminente peligro, bloquea las puertas y sale por la ventana de una habitación vecina. Huye por las calles, alternando evitar ser detectado e imitar los extraños andares de los lugareños cuando se los tropieza, buscando llegar a las vías del tren a las afueras del pueblo. Escondido junto a las mismas, espera con los ojos cerrados a que un numeroso grupo de perseguidores pase cerca, percatándose de la terrible realidad de la historia de Zadok. Cede a la tentación de abrir los ojos, viendo así a sus perseguidores: los seres de pesadilla que el anciano había descrito. Un oportuno desvanecimiento le sobreviene como consecuencia de esta visión.
El quinto capítulo empieza al día siguiente, con el despertar del protagonista, ileso, y su marcha hasta un pueblo cercano. Pasados unos años empieza a investigar su árbol genealógico, descubriendo que es descendiente de Obed Marsh. Al poco tiempo empieza a tener sueños extraños y a transformarse físicamente en uno de los seres que vio en Innsmouth. Hacia el final de la historia acepta el cambio, y decide que va a vivir eternamente en la ciudad submarina de Y'ha-nthlei, junto con un primo al que piensa liberar del manicomio, donde está internado porque se encuentra en su misma situación aunque en un estado más avanzado.

La nave blanca H.P. Lovecraft



Es un relato fantástico del escritor norteamericano Howard Phillip Lovecraft. Fue publicado en 1919, en la revista The United Amateur, y al contrario de muchas obras de Lovecraft, La Nave Blanca apenas roza las realidades lóbregas de los Mitos de Cthulhu.

A pesar de este distanciamiento, La Nave Blanca también transita ese pasado extraño que crece en todos los cuentos de Lovecraft, sólo que aquí no llegan a vislumbrarse sus horrores mas definidos. La mitología prehumana de Lovecraft está presente de un modo sutil, casi como una atmósfera, pero en ningún momento surge en la figura de una entidad concreta.

La Nave Blanca pertenece más al ciclo onírico de Lovecraft que a otras variantes, acaso menos acabadas, de sus fantasías. Personalmente, las similitudes de este relato de Lovecraft con aquel de Lord Dunsany: Días de ocio en el Yann; son tan evidentes que no necesitan mayores argumentaciones.

Claramente, La Nave Blanca es un pequeño homenaje, sombrío y delicado, a esa otra nave, que en otro sueño trazó su camino de espuma en el río Yann.

La música de Erich Zann H.P. Lovecraft


Un estudiante universitario se ve obligado, por su falta de fondos, para tomar el único alojamiento que puede permitirse. En una parte extraña de la ciudad que nunca había visto antes, en una calle llamada "Rue d'Auseil", se encuentra un apartamento en un edificio casi vacío. Uno de los pocos otros inquilinos es un viejo alemán Erich Zann hombre llamado. El anciano es mudo y toca la viola da gamba con una orquesta local. Él vive en la planta superior y cuando solo en la noche, toca melodías extrañas nunca escuchado antes. Con el tiempo, el estudiante gana la confianza de Zann, y, finalmente, se entera de su secreto, que el viejo hombre ha descubierto melodías y ritmos de sonido de una naturaleza casi de otro mundo. Zann juega estos sonidos para mantener la espalda criaturas desconocidas e invisibles desde la ventana de Zann, que se dice que mirar hacia fuera en un abismo negro, muy probablemente otra dimensión .


La maldición que cayó sobre Sarnath H:P: Lovecraft



Se trata de una narración cuyo estilo mítico está fuertemente vinculado con la obra de Lord Dunsany, particularmente con el cuento Días de ocio en el Yann (Idle days on the Yann). Con el tiempo, Lovecraft afirmaría su asombro al descubrir que su ciudad imaginaria, Sarnath, existió efectivamente en la India.

La llave de plata H.P. Lovecraft



Un secreto de inconmensurables proporciones y de consecuencias impredecibles va a ser el eje central de este relato en el que el joven protagonista tendrá acceso a cierta información "privilegiada y sincrética", con la cual poder viajar hacia otras épocas y lugares, en una desesperada búsqueda de unos ideales y de una identidad propia. 
Idealista, de talante romántico y sensible, inquieto intelectual y espiritualmente cansado de las prisas y de la pérdida de valores de una sociedad cada vez más caótica y vacía de moralidad, el joven protagonista buscará a la desesperada nuevos conocimientos, corrientes filosóficas, movimientos intelectuales, que le llenen el vacío existencial que cada vez, le hace la vida más insoportable. Cansado de buscar, se refugia en libros extraños de ciencias y saberes ocultos y/o mágicos, que le proporcionarán la posibilidad de recuperar su "esencia", su identidad y espiritualidad perdidas, pero pagando un precio muy alto por ello.

La llamada de Cthulhú H.P. Lovecraft




La historia está compuesta por dos narrativas principales vinculadas por una tercera, la voz del «autor». Solo el autor es capaz de interpretar correctamente lo sucedido y es consciente de la importancia de la información que tiene en su poder, y va narrándolo siguiendo el orden en que él mismo fue descubriendo la verdad.
Comienza con la muerte de un eminente profesor de la Universidad de Miskatonic y el estudio de los documentos con los que estaba trabajando. Estos incluyen un informe sobre un ataque perpetrado por una secta. Una investigación sobre los miembros de la secta saca a la luz algunas pistas sobre la horrorosa criatura que veneran, Cthulhu. Este ser, que supuestamente llegó con sus seguidores extraterrestres desde las estrellas millones de años antes de la aparición del Hombre, ahora descansa en un sueño profundo en su ciudad sumergida, R'lyeh.
La segunda parte de la historia empieza con el cuaderno de bitácora del primer oficial de un barco que descubre la ciudad hundida, pues esta ha emergido a la superficie en el Océano Pacífico. La ciudad emergió porque «las estrellas eran propicias» y el tiempo para el despertar de Cthulhu y sus engendros había llegado.



La extraña casa en la niebla H.P. Lovecraft


La extraña casa en la niebla (The strange high house in the mist) es un relato de vampiros del escritor norteamericano H.P. Lovecraft, escrito en noviembre de 1926 y publicado en la edición de octubre de 1931 de la revista Weird Tales.

La extraña casa en la niebla fue recogida por varias antologías vampíricas, una verdadera rareza, ya que sería difícil clasificar como Vampiros a los habitantes de sus páginas.

Como dato curioso diremos que La extraña casa en la niebla es uno de los pocos relatos que le redituaron económicamente a Lovecraft. Por él recibió la ridícula suma de 55 dólares.

La dulce ermendarde / el corazón de una chica campesina H.P. Lovecraft





La declaración de Randolph Carter H.P. Lovecraft


otro de los grandes relatos de terror de H.P. Lovecraft; y el exponente más notable de su Ciclo Onírico.

El Ciclo Onírico (Dream Cycle), junto con Los Mitos de Cthulhu, conforman los dos vértices de la literatura de H.P. Lovecraft. En el caso puntual que nos ocupa, La declaración de Randolph Carter pertenece a este grupo por haber sido inspirado en un sueño del propio H.P. Lovecraft, como él mismo lo consigna en una carta a Clark Ashton Smith.

Randolph Carter es, oníricamente, el propio H.P.Lovecraft. En el relato, aparece como el testimonio demencial y aterrador de un iniciado en el ocultismo, quien asiste a su amigo y superior en una incursión en un cementerio anacrónico.

El relato es un ejemplo claro de las virtudes y falencias de H.P. Lovecraft; tanto su maravillosa capacidad para la ambientación como su penosa faceta de dialoguista quedan evidenciadas. Sin embargo, el conjunto total de La declaración de Randolph Carter conforman un gran relato de terror. Para los seguidores de H.P. Lovecraft existen algunos ingredientes muy interesantes, como la mención esquiva y brumosa del texto árabe, presumiblemente el Necronomicón; y el detalle curioso de que en el sueño real de H.P. Lovecraft, Randolph Carter tenía su propio rostro.


La cueva secreta H.P. Lovecraft



Aventuras de dos hermanos que encuentran una cueva en el sótano de su casa.

miércoles, 15 de enero de 2014

La ciudad sin nombre H.P. Lovecraft


La ciudad sin nombre (The Nameless City) es un relato de terror del escritor norteamericano H.P. Lovecraft, publicado en la edición de noviembre de 1921 de la revista Wolverine. , reeditado por Weird Tales en noviembre de 1938.

La Ciudad sin Nombre es, sin dudas, el relato que comienza a perfilar a H.P. Lovecraft como uno de los grandes narradores del siglo XX.

Aquí comienza la aventura de los mitos de Cthulhu, aunque sus orígenes habría que buscarlos en La locura de Andelsprutz (The Madness of Andelsprutz) y La caída de Babbulkund (The Fall of Babbulkund), de Lord Dunsany; quien fue junto a Edgar Allan Poe uno de los primeros en soñar con antiguas ciudades y civilizaciones perdidas.

Claro que H.P. Lovecraft tuerce esta tradición de ciudades radiantes y se sumerge en una realidad arcaica y perturbadora, donde hombres decadentes roen ciudades en las vísceras de la tierra, llenando el aire de ritos sangrientos. Curiosamente, las deidades de H.P. Lovecraft son tan decadentes como sus adoradores. Estas se ocultan, se recogen en un olvido a medias, como aquellos estremecimientos que surgen inexplicablemente tras la lectura de algún poema.


Él H.P. Lovecraft


El relato desnuda dos horrores particularmente arraigados en la obra de Lovecraft: el miedo al nativo -típico de sus queridos peregrinos-, y el espanto ante el progreso tecnológico. El plantea un visión desoladora para alguien como Lovecraft: la venganza, lenta, calculada, e implacable de los aborígenes norteamericanos.




El viejo bugs H.P. Lovecraft


El viejo Bugs (Old Bugs) es un relato de terror -en realidad, un relato sobre alcoholismo- del escritor norteamericano H.P. Lovecraft, escrito en 1919 y publicado póstumamente en la colección de cuentos de terror de 1959: La habitación cerrada y otras piezas (The Shuttered Room and Other Pieces).

El viejo Bugs tiene un origen curioso. Fue escrito luego de que un amigo de H.P. Lovecraft, Alfred Galpin, le escribiera sugiriéndole que debían aprovechar para beber antes de que la prohibición fuese legalizada. En respuesta, el abstemio H.P. Lovecraft escribio El viejo Bugs, la historia de un anciano maltrecho y de hábitos desordenados, que no es otro que aquel Alfred Galpin.


El anciano terrible/ el terrible anciano H.P. Lovecraft



En este genial relato de terror fantástico, Howard Phillip Lovecraft nos narra el intento de robo de tres ignotos criminales en un perdido pueblo de Nueva Inglaterra.

Pocos se habían atrevido a vislumbrar dentro de la mansión del Anciano Terrible, y de aquellos temerarios, pocos conservaron la cordura para relatar sus misteriosos secretos. Afortunadamente para nosotros, estos tres delincuentes no conocían los lúgubres rumores que rodeaban la Casa.

El templo H.P. Lovecraft


El templo (The temple) es un relato de terror, escrito en 1920 y publicado en 1925. Fue la primera historia de Lovecraft en ser publicada en Weird Tales.

Así como sucede en la trama de Dagón, El templo es una narración náutica, sobre una ciudad subacuática habitada por extraños seres, que luego serán recurrentes en posteriores historias de Lovecraft.


El susurrador en la oscuridad H.P. Lovecraft




Si bien El que susurra en la oscuridad alude constantemente a los Mitos de Cthulhu, no pertenece a su ciclo de relatos, aunque de hecho introduce a una de sus criaturas más extrañas: Mi-Go, una raza extraterrestre fungiforme.

El que susurra en la oscuridad está emparentado con La novela del Sello Negro (The Novel of the Black Seal) de Arthur Machen, y con ciertos cuentos de Lord Dunsany. De hecho, H.P. Lovecraft menciona uno dentro del relato: Bethmoora (Bethmoora). Otras fuentes de esta noveleta son Robert W. Chambers y su El signo amarillo (The Yellow Sign), así como Un habitante de Carcosa (An Inhabitant of Carcosa) de Ambrose Bierce.

En este relato H.P. Lovecraft no trae nada nuevo al género fantástico. La idea de conservar un cerebro humano vivo en un jarro, junto con artificios mecánicos que le permiten oír, ver y hablar, ya era bastante conocido. No obstante, el maestro de Providence siempre nos ofrece una nueva variante sobre los viejos horrores, a menudo sepultada bajo el desprecio de los anticuarios por el relato pulp.

Afortunadamente, nosotros no sufrimos de tal prejuicio.

Antes de pasar a la historia les recomendamos chequear la película: El que susurra en la oscuridad (The Whisperer in Darkness, 2011), basada en este cuento de H.P. Lovecraft. 

El ser en el umbral H.P. Lovecraft


El ser en el umbral (The thing on the doorstep) es un relato de vampiros del escritor norteamericano Howard Phillips Lovecraft, escrito en 1933 y publicado en la edición de enero de 1937 de la revista Weird Tales.

Quizás haya que definir a El ser en el umbral como un relato de vampirismo, y no un relato de vampiros, ya que Lovecraft jamás hace referencia a las características clásicas de estos seres. De todos modos, creo que es razonable definir a un vampiro -o a un empleado bancario- por sus costumbres, y no tanto por su estética, razón por la cual, cualquier cuento que explore los matices imprecisos del vampirismo -incluído el llamado vampirismo psíquico, o vampirismo emocional- merece un espacio en nuestra sinuosa Biblioteca gótica.


El sabueso H.P. Lovecraft


En este maravilloso y lúgubre relato de Howard Phillip Lovecraft nace la leyenda del Necronomicón. Aquí, a pesar de que el nombre de su hipotético autor ya había aparecido en otros relatos, es la primera vez que se nombra al Necronomicón tal y como lo conoceríamos mediante escritos posteriores.

El relato se llama El Sabueso, y fue terminado en septiembre de 1922. Se trata de una pieza clásica de la literatura gótica, aunque ciertamente su esencia va más allá, sugiriendo quizás una especie de homenaje al movimiento decadente. También se puede apreciar ciertos guiños al lector culto, ya que existen varias frases en el relato que tienen ecos literales en la obra de Edgar Allan Poe. Lamentablemente, esto solo puede percibirse en el original en inglés.

La trama del relato gira en torno a las experiencias de dos saqueadores de tumbas, quienes encuentran un extraño objeto en un sepulcro aún más extraño. A partir de allí, ambos serán acosados por una maldición asociada a los cultos caníbales, los cuales también son recurrentes en la literatura de Lovecraft.

Sobre la infame criatura del relato poco hay para decir, salvo que posiblemente sea un reflejo de una espantosa criatura mítica del folklore árabe que fascinaba a Lovecraft, llamada Ghoul. Este espíritu aberrante es ampliamente conocido por los mitólogos como una de las criaturas más depravadas y voraces de la mitología. Reside en cementerios y camposantos, y al igual que el espectro del relato, su única voluntad tiende a la profanación de tumbas para alimentarse de los cadáveres en descomposición.

Creo que los amantes de la literatura de terror quedarán satisfechos con este asombroso relato.




El pantano de la luna H.P. Lovecraft


En la mente de Howard Phillip Lovecraft la mitología adquiere un significado que siempre logra desconcertarme. Seres y deidades clásicas, que poco tienen de terroríficas, se transforman mediante su pluma en una serie de espantosas apariciones.

El pantano de la luna (The Moon-bog) es un relato basado en una imperfección mitológica; mejor dicho, en la malinterpretación de un pasaje del Libro de las Invasiones, fallo que era claramente conocido por el autor, y utilizado con fines estéticos; acaso para darle a la narrativa un carácter más realista.

En el contexto del relato se funden dos tradiciones: la mitología irlandesa, y los mitos griegos. Aclaro que no se trata de una tradición celta, aunque es posible que algunos rasgos circunstanciales sean inspirados por ella. Lo cierto es que Irlanda ha reclamado cierta herencia helénica a través del mito de la llegada de Partholón a las islas, quien habría pertenecido a una avanzada griega que desembocó en la Irlanda celta. Con él, llegaron también algunas deidades y semidioses griegos, que bien se adaptaron completamente a los dioses autóctonos o bien desaparecieron de la mente celta. Lovecraft utiliza este nexo para su relato de terror, ya que los horribles fantasmas que surgen de los marjales mantienen algunos rasgos celtas, pero se los nombra siempre con nombres griegos.

En los márgenes de esta ciénaga irlandesa se alza un viejo castillo abandonado. Su nuevo residente decide imprudentemente indagar en los secretos que subyacen bajo el pantano. A partir de aquí, Lovecraft derrama sobre el lector toda la potencia de sus artificios narrativos, transformando la tranquila visión de un pantano bajo la luz de la luna en una verdadera obra maestra de la literatura gótica.



El morador de las tinieblas H.P. Lovecraft




El morador de las tinieblas (The haunter of the dark) es un relato de terror del escritor norteamericano H.P. Lovecraft, publicado en la edición de diciembre de 1936 de la revista Weird Tales.

La historia de este relato es digna de ser mencionada. En 1935 Robert Bloch escribió un cuento llamado El vampiro estelar (The shambler from the stars), cuyo protagonista es nada menos que H.P. Lovecraft. Previamente, Bloch le advirtió a Lovecraft que su doble narrativo sería rigurosamente asesinado en el relato. Lovecraft respondió lo siguiente:

Certifico que Robert Bloch queda plenamente autorizado para retratar, matar, aniquilar, desintegrar, transfigurar, metamorfosear o bien maltratar al abajo firmante en el cuento titulado El vampiro estelar.

Un año después, quizás para devolver cortesías, Lovecraft escribió El morador de las tinieblas, donde se explora la trágica muerte de un tal Robert Blake, un seudónimo del atrevido Robert Bloch.

Otro "invitado" de lujo al cuento de H.P. Lovecraft es el ocultista Alfred Edward Waite. 


El modelo de pickman H.P. Lovecraft


Pickman es un pintor en cuyos cuadros se encuentran monstruos desconocidos realizando actos de innombrable crueldad, cuya sola visión transmite una inenarrable sensación de realismo que atenta contra la cordura.


El misterio del cementerio H.P.Lovecraft



El libro H.P. Lovecraft



Lovecraft escribió este texto, que no llega a ocupar 4 páginas en sus ediciones castellanas, en un momento en que estaba cansado de su obra y de su carrera como escritor, tratando de cambiar su estilo y refundir su obra. De este modo El libro recuerda (y nada a partir de ello) a los tres primeros sonetos de la obra poética del propio autor Hongos de Yuggoth. El primero se titula The book, al igual que el relato, y los siguientes Pursuit y The key. El relato comienza narrando en prosa de manera bastante fidedigna el primer soneto

El horror oculto H.P. Lovecraft



El horror oculto (The lurking fear) es un relato de terror del escritor norteamericano H.P. Lovecraft, publicado en tres ediciones de enero de 1923 de la revista Home Brew.

El horror oculto -a veces publicado en español como El horror que acecha o El miedo que acecha- vuelve sobre un tema central en la obra de H.P. Lovecraft: la culpa atávica, es decir, el mal que se prolonga en la sangre de una familia, generalmente representada como el espíritu vengativo de un ancestro que busca el modo de filtrarse en la mente del protagonista para culminar su obra.


El horror de red hook H.P Lovecraft


El horror de Red Hook (The Horror at Red Hook) es un relato de terror del escritor norteamericano H.P. Lovecraft, publicado en la edición de enero de 1927 de la revista Weird Tales.

El propio H.P. Lovecraft nos da una pista sobre el relato en una carta a su amigo Clark Ashton Smith, en donde expone algunas de sus ideas menos progresistas:

La idea de que la magia negra existe secretamente hoy en día, o que diabólicos ritos antiguos persisten en la oscuridad, es algo que he usado y que volveré a usar. Cuando leas mi nuevo cuento: El horror de Red Hook, verás que hago uso de la idea en relación con las pandillas de jóvenes holgazanes y los rebaños extranjeros de aspecto maligno que se ven por todas partes en Nueva York.


sábado, 11 de enero de 2014

El horror en Dunwich H.P. Lovecraft


El horror de Dunwich (The Dunwich horror) es una novela corta de terror del escritor norteamericano H.P. Lovecraft, escrita en 1928 y publicada un año después en la revista Weird Tales.

El relato nos ubica en la ciudad imaginaria de Dunwich -al menos en Estados Unidos, ya que hay un pueblo llamado Dunwich en el condado de Suffolk, Inglaterra-, cerca del valle de Miskatonic. Para muchos estudiosos de la obra de H.P Lovecraft, El horror de Dunwich es uno de los cuentos centrales del ciclo de Cthulhu, razón por demás convincente para agregarla a nuestra Biblioteca gótica.


La trama de El horror de Dunwich está basada en algunas leyendas de Nueva Inglaterra, pero especialmente en aquella que asegura que las almas de los difuntos pueden ser capturadas por un pájaro de la zona, llamado Whippoorwill (Whip-poor-will, una construcción lingüística demasiado curiosa como para pasarla por alto). Pero hay, de hecho, otras fuentes para el relato. Por ejemplo, el nombre del pueblo, Dunwich, aparece citado en el cuento de Arthur Machen: El terror (The terror).

Dos observaciones. La primera: este es el relato de H.P. Lovecraft que mayor importancia le da al célebre Necronomicón. La segunda: El horror de Dunwich es uno de los pocos cuentos de H.P. Lovecraft en los que su protagonista realmente logra vencer a su sobrenatural adversario.


El grabado en la casa H.P. Lovecraft



El grabado en la casa (The Picture in the House) es un relato de terror del escritor norteamericano H.P. Lovecraft, escrito en 1920 y publicado un año después en The National Amateur.

El grabado en la casa es narrado por un viajero que atraviesa la zona agreste de Nueva Inglaterra, buscando refugio en una casa aparentemente abandonada, que en realidad es ocupada por un anciano de rostro anormal y repulsivo. Allí seremos testigos de la extraña fascinación por un grabado que sugiere la existencia de un abominable culto caníbal.

El descendiente H.P. Lovecraft


El descendiente (The Descendant) es un relato de terror del escritor norteamericano H.P. Lovecraft, escrito en 1927 y publicado póstumamente en la colección de cuentos de terror de 1944: Marginalia (Marginalia).

El descendiente integra un anaquel particular en nuestra biblioteca de H.P. Lovecraft, aquel que reune sus cuentos inconclusos. Olvidado, prácticamente inédito, El descendiente quedó aplastado por la inmensa popularidad de los Mitos de Cthulhu, relegado -al igual que en 1944- a gastados volúmenes marginales sobre historias inconclusas que poco tienen que ver con el H.P. Lovecraft que el gran público conoce, o cree conocer, a pesar de que sus páginas sin terminar, repito, incluyen menciones tan populares como El Necronomicón, del árabe loco Abdul Alhazred.




El color surgido del espacio / el color que calló del cielo H.P. Lovecraft


La historia es contada en primera persona por un ingeniero encargado de hacer un estudio para edificar un embalse en un remoto paraje llamado Arkham. Allí encuentra un área de terreno denominada "landa maldita" que es distinta a todas y que le causa extrañas y poco agradables sensaciones. Un anciano vecino del lugar le explica que el motivo del estado de esa parcela es que un meteorito se estrelló cerca de una granja liberando un ser extraño que se escondió en el fondo del pozo (esta entidad era tan extraña que ni los vecinos de la zona ni los científicos que estudiaban el meteorito se dieron cuenta de que estaba vivo hasta que abandonó el planeta); con el transcurrir el tiempo, a medida que ese veneno del espacio se extendía, las plantas y árboles primero (árboles que llegan a cobrar movimiento en sus ramas), y los animales después, empiezan a sufrir mutaciones, cambios de color, olores desagradables, acabando afectando a la familia que habita la granja, viéndose aislados de la sociedad en la que viven y sufriendo los devastadores efectos del envenenamiento, los miembros de la familia enloquecen hasta morir en un trágico final. El ingeniero decide abandonar su trabajo electrizado por el horror que descubre. Sin embargo al parecer la zona afectada crecía a una medida de una pulgada cada año, lo cual da pie a pensar que parte del ser terrible continuaba escondido en la zona esperando.



El clérigo malvado/ maligno H.P. Lovecraft



Esta recopilacón de relatos de H.P. Lovecraft se abre con seis de ellos escritos en su época de plena madurez, que ejemplifican los diversos registros de su universo macabro y numinoso, desde el horror cósmico a la anticipación científica, pasando por el tenebroso entorno de Nueva Inglaterra.


El ceremonial H.P. Lovecraft


El ceremonial (The festival) es un relato de terror del escritor norteamericano Howard Phillip Lovecraft, publicado en 1925.

El cuento está inspirado en las primeras investigaciones sobre los ritos pre-arios, cuestión que excitaba a Lovecraft más que las mujeres.

La sentencia que encabeza el relato es del escritor latino Firmiano Lactancio, y significa: Los demonios logran que las cosas que no son aparezcan como reales ante los hombres.


El caso de Charles Dexter Ward


El personaje principal, Charles Dexter Ward, es un joven de una familia prominente y acaudalada que (al comienzo de la historia) se dice ha desaparecido después de un período de locura que se venía gestando desde hace un tiempo, acompañado por menores, aunque inquietantes, alteraciones fisiológicas. La historia se cuenta desde la perspectiva de la investigación del doctor Marinus Bicknell Willet sobre la causa que hizo perder la cordura a Ward, además de tan extrañas modificaciones físicas.
Al comienzo de la historia nos enteramos de que Ward es descendiente de Joseph Curwen, un personaje extraño que realizaba ritos alquimistas con propósitos nigrománticos. Ward descubre el legado de Curwen y retoma la investigación de éste. Luego de regresar de viajes donde se hizo con saberes ocultos y oscuras amistades, vuelve a Providence para buscar la tumba de su antepasado.
Finalmente empieza el descenso definitivo de Ward a la locura, una degradación tanto física como psicológica que lleva finalmente a un desenlace donde se unen la fascinación por lo antiguo, la maldición familiar, oscuros rituales y secretos arcanos tan indecibles que la ciencia no debiera hallar jamás.
Es un relato que transita por el borde exacto entre la locura y la normalidad. "...Un hombre tiene derecho a disfrazarse, si es su gusto, mientras tenga derecho a existir y mientras no destruya a quien lo invocó del Más Allá..." H.P.Lovecraft.

El buque misterioso H.P. Lovecraft



Pequeño relato que narra el misterio de las desapariciones ocurridas en los desafortunados encuentros con el buque misterioso.

El árbol H.P. Lovecraft


La historia trata de que Lovecraft  está en un pueblo cerca  en las montañas  y ahí una mañana va a recorrer  una montaña y se encuentra con un árbol muy grande, y no avía encontrado ninguna árbol a la redonda así que fue a descansas cerca del árbol, luego de un rato se quedo dormido debajo del árbol en sus sueños él veía mostros que casi le pegaban con las alas, un portón con ojos que lo veían, luego despertó y está en un roquería con las manos cortadas y sangrando, vio la hora y su reloj se avía parado a las diez treinta y cuatro y no savia donde avía estado

El alquimista H. P. Lovecraft


En lo alto de la cima de un montículo escarpado, de falda cubierta por árboles selváticos, se yergue la mansión de Antoine, último conde de C. El terreno circundante es salvaje y accidentado. Sus torreones, ahora demolidos por las tormentas y el paso del tiempo, fueron siglos atrás una de las más temidas fortalezas francesas, nunca invadida. Pero ahora la miseria ha oscurecido su antiguo esplendor, pues la altanería de los menguados descendientes ha impedido el ejercicio del comercio.
En una de sus lóbregas estancias nació Antoine. Su vida ha sido atormentada: su madre murió en el parto y su padre, alcanzado por una piedra desprendida del ruinoso castillo, tan sólo un mes después. Ha sido criado por el anciano Pierre, el único servidor que quedaba, el cual, dada la alta cuna de su pupilo, le impidió que se relacionara con los niños de las moradas desperdigadas en el llano de los alrededores, a causa de la plebeyez de éstos. Aunque por encima de ésto, para evitar que oyese los rumores que corrían entre los aldeanos sobre la maldición que afligía a su linaje.
Aislado, se dedica a leer oscuros libros de la biblioteca y a pasear por el bosque de la falda de la colina, convertido en un ser melancólico.
Gracias a la lengua desatada por la senilidad de Pierre, Antoine conoce que dicha maldición impide sobrepasar a los portadores del título condal la edad de 32 años. Al cumplir los 22, el sirviente le entrega un documento familiar que confirma sus temores:
En el siglo XIII, cuando el castillo era inexpugnable, vivió en una choza cercana un anciano de siniestra reputación: Michel "Mauvais", «el Malhadado». La magia negra y la alquimia no le eran desconocidas. Tampoco a su hijo, Charles "Le Sorcier", «el Brujo». Por lo que las gentes de bien los evitaban. A Michel se le señalaba como el responsable de la muerte de su mujer, quemada viva en sacrificio al diablo, y de la desaparición de varios hijos de campesinos. Pero cuando el joven Godfrey, hijo del conde Henri, desaparece, éste, enloquecido, acude a la choza del anciano y en el forcejeo con él, lo mata. Godfrey, que se había ocultado en una estancia del castillo, es encontrado sano y salvo. Charles Le Sorcier, conocido lo ocurrido, maldice al conde:
"Nunca sea que un noble de tu estirpe homicida
Viva para alcanzar mayor edad de la que ahora posees".
Tras lo cual le arroja al rostro una redoma de líquido incoloro, esfumándose luego en la noche. De resultas, el conde muere a los 32 años. También a esta edad muere Godfrey en un accidente de caza, así como todos sus sucesores.
Antoine se convence de que él correrá la misma suerte. Se aplica entonces en la adquisición de saber demonológico y alquímico, buscando un hechizo que le libere de la maldición. En cualquier caso, extinguidas las restantes ramas de la familia, decide no casarse para poner así fin a la maldición si no logra evitarla.
Con 30 años, queda en total aislamiento en el castillo al morir Pierre. Lo entierra con sus propias manos. Se dedica a deambular, accediendo a tenebrosas estancias no holladas durante siglos, asumiendo paulatinamente su fatal destino, preguntándose cómo le alcanzará la maldición. Así, accede por una trampilla a un pasadizo subterráneo al final del cual se topa con una maciza puerta de roble que no logra abrir. Al volver sobre sus pasos, de pronto,
escuché crujir la pesada puerta a mis espaldas, girando lentamente sobre sus oxidados goznes.
Aterrado, se da la vuelta, encarando la puerta. En su umbral, una figura humana, casi fantasmal, destellando odio por sus ojos, le relata en un latín medieval, cómo Charles Le Sorcier, el hijo de Michel, regresó para matar a Godfrey, y ocultándose en la estancia subterránea, donde se puso a la búsqueda del elixir de la eterna juventud, mató luego al hijo de éste, y a todos los que le sucedieron, cuando iban cumpliendo la infausta edad.
El misterioso extraño esgrime una redoma de cristal con la intención de arrojarle su contenido, pero Antoine, saliendo de su pasmo, le arroja antes su antorcha, prendiendo el fuego su túnica medieval. Antoine, exhausto por la visión, cae desmayado.
Al recobrar el conocimiento, sumido en la oscuridad, con eslabón y pedernal, enciende «la antorcha de repuesto». Frente a la puerta abierta, yace un cuerpo retorcido y achicharrado. Venciendo su curiosidad al terror, accede a la estancia, descubriendo lo que parece el laboratorio de un alquimista, con una abertura que da al exterior. Al salir, pasa junto a los restos abrasados, que parecen exhalar débiles sonidos. Horrorizado, Antoine, no obstante, se inclina sobre la yacente figura. Los ojos de ésta se abren de par en par y sus labios agrietados, balbucientes, logran al fin despegarse y articular unas palabras antes del último suspiro: ¡Necio! —le espeta a un atónito Antoine— ¿es que no tienes las suficientes neuronas en el cerebro para comprender que, tras descubrir al fin el elixir de la eterna juventud,
he vivido durante seiscientos años para perpetuar mi venganza, PORQUE YO SOY CHARLES LE SORCIER!


jueves, 9 de enero de 2014

Desde el más allá H. P. Lovecraft



Monstruosas criaturas primigenias que laten bajo las aguas, abismos siniestros más allá de las estrellas, extraños colores venidos del espacio para contaminar la existencia de los hombres? Y lo innombrable acechando siempre en el umbral.Con su trazo lúgubre y minucioso, Erik Kriek reformula en forma de cómic los mejores rel atos de H. P. Lovecraft, genio de la literatura de terror e irrepetible visionario de la amenaza cósmica y silenciosa que desde la noche de los tiempos se cierne sobre la humanidad.Una lectura aterradora y fascinanteque alumbrará nuestros rincones oscuros y hará entrega de nuestras almas a las alimañas descarnadas de la noche.

Dagón H. P. Lovecraft


Una pequeña embarcación de turistas se ve afectada por un mal temporal, el yate en el que viajaban choca con unas rocas, provocando que los tripulantes tengan que pedir ayuda en una pequeña comunidad que esta a unos metros de ahí. Cuando llegan al pueblo en busca de auxilio se encuentran con una misteriosa sorpresa. Las personas que habitan ahí no son comunes, son humanos con una mutación de pez. Una terrorífica novela que muestra lo que se puede hacer por la supervivencia.


Celephaïs H. P. Lovecraft


El protagonista es el último de su estirpe. Vive en una buhardilla entre las muchedumbres indiferentes de Londres. Perdidas sus tierras y fortuna, prefiere vivir en un mundo onírico donde se hace llamar Kuranes. Sus escritos sobre estas visiones de ensueño despiertan la hilaridad entre los editores, por lo que deja de escribir.
Kuranes vuelve al mundo de la infancia. Sueña con la casa de sus antepasados, donde él nació. Desde aquí, baja hasta el pueblo cercano. Pero éste lleva muchos años deshabitado. Prosigue su caminata hasta llegar a los acantilados del canal, hasta el precipicio y el abismo donde el mundo entero se desploma en una vacuidad infinita, y donde el cielo por delante se halla en tinieblas, despojado de luna y estrellas. Desciende flotando por el abismo hasta que una especie de falla se abre en la oscuridad
y vio la ciudad del valle, refulgiendo de forma radiante a lo lejos, lejos y abajo, con el trasfondo del mar y del cielo, y la montaña cubierta de nieves al pie de la orilla.
En ese momento de vislumbre se despierta. Pero lo hace sabiendo que la ciudad es Celephaïs, en el valle de Ooth-Nargai, más allá de las colinas Tanarias, visitada cuarenta años atrás en un sueño infantil, interrumpido cuando iba a embarcar en una galera dorada rumbo a esas regiones donde el mar se reúne con el cielo.
Tres noches después vuelve a hacer el mismo recorrido. Pero esta vez sí desciende hasta el valle de Ooth-Nargai. Cruza el río Naraxa por un puentecillo de madera, así como una arboleda susurrante y llega al gran puente de piedra que lleva a las puertas de la ciudad. Ésta sigue tal cual la viera en la infancia.
Cruza las puertas broncíneas pisando el pavimento de ónice. Los mercaderes y camelleros le saludan como si nunca se hubiese ido, así como los sacerdotes del templo de turquesa de Nath-Horthath, que le dicen que allí no existe el tiempo, sino sólo juventud eterna. Contempla el monte Aran y en el puerto a las galeras llegadas allende los mares. Encuentra al capitán Athib, el mismo que le había prometido años atrás enrolarlo en su galera. Llegados a ésta, bogan sobre el mar Cerenio, que conduce hasta el cielo. Alcanzado el horizonte, la galera flota por el azul celeste entre las nubes. Pero cuando empiezan a divisarse las torres de Serannian, la ciudad de mármol rojo de las nubes, un sonido indeterminado hace despertar a Kuranes.
En las noches siguientes, visita otros mundos maravillosos, pero no logra retomar el sueño interrumpido. Recurre al hachís, aumentando progresivamente las dosis, hasta que se le acaba el poco dinero que tiene. Lo desahucian de la buhardilla y vagabundea por las calles, llegando a un lugar de casas míseras.
Y entonces llegó la culminación, y se encontró con el cortejo de caballeros llegados de Celephaïs para llevarlo allí por siempre.
Atrás queda su cadáver flotando en las fangosas aguas de un canal.